Todos soñamos con cambiar nuestra historia y la de muchos, desde que somos niños tenemos excelentes sueños, que uno mismo se dice: ¡Cuándo sea grande voy a cambiar esto! ¡Cuándo sea grande quiero ver a mi familia unida! ¡Cuándo sea grande quiero servir a muchos con mi trabajo!, y tantos quieros y deseos se pierden en el tiempo porque no nos enseñaron que los sueños son una ventana abierta a la felicidad, no nos enseñaron a pelear nuestras batallas internas para poder lograrlos, etc. Nadie es capaz de instruirte en este fascinante mundo de los sueños, porque nadie sabe mucho de ellos o quizá sabe pero no se atreve a expresarse por temor a represalias. A través de la historia muchos hombres de Dios, creyentes dieron su vida por compartir sus proyectos de vida con toda la humanidad, también hubo hombres que se apartaron del camino de Dios, pero que nunca dejaron de creer en Dios, lograron exponer sus ideas y cambiaron su mundo y de quienes los rodeaban, como siempre la maldad del ser humano por vivir en la mediocridad, en el conformismo, en la falta de compromiso por aprender de sí mismo, etc; siempre están maquinando cosas inútiles hacia el prójimo, tanto así que con el tiempo la salud se ve afectada por el rencor guardado en el corazón. No pierda el tiempo buscando hacer el mal a otros, analice su vida, mejore su calidad de vida, sea feliz consigo mismo y con su familia, viva y disfrute a plenitud de la Misericordia y Gracia de Dios hacia usted, el cual es la verdadera voluntad de Dios que todos vengamos al conocimiento de su voluntad: Jesús, hecho hombre que dio su vida para librarnos de la maldición del pecado, no descuide tan apreciable regalo divino.
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