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COVID-19: EL DÍA QUE DIOS PARÓ AL MUNDO-P2

Actualizado: 5 ene




Desde que el virus del COVID-19 se conoció en todo el mundo y su poder de contagio, muchos entraron en pánico, estrés e inseguridad individual y colectiva. Desde tiempos antiguos la humanidad ha experimentado el poder destructivo de los virus y ha convivido con nosotros, tanto que la mayoría ha perdido la conciencia de esta convivencia que hasta ahora nos acompañan. Es interesante observar que un minúsculo organismo pueda traer tanta destrucción a la humanidad. Ello sucederá mientras estemos en este mundo, pues por causa de la desobediencia del hombre hacía los estatutos y mandamientos de Dios, vivimos como vivimos *


Es cierto (*) Dios es soberano en todo lo que hace y conoce todos los tiempos pero no significa que Él sea la causa de los males que aqueja a la humanidad.

Sobre la pandemia que azotó a todo el mundo, muchos dejaron este mundo, otros volvieron a la FE, otros optaron por confiar sus vidas a gobiernos, y aún continúan haciendo ello. Sin embargo, la mejor opción es sin duda escoger el camino de Dios porque si perecemos creyendo y confiando en sus promesas tenemos la vida eterna asegurada. (Salmos 116: 15-17; Romanos 14: 8-9).


Si bien , el título indica que Dios paró al mundo, no es sinónimo de que Dios tenga intervención en ello. Al contrario, éstas situaciones tendrán que ocurrir por varias razones bíblicamente hablando, pues en ella se encuentra plasmado todo lo que acontecerá en los últimos tiempos debido al pecado que existe en el mundo por la desobediencia de nuestros primeros padres carnales Adán y Eva. Nos agrade o no, el pecado es consecuencia de la desobediencia, la soberbia y la autosuficiencia en uno mismo y de la falta de conciencia y entendimiento a los mandatos de Dios en nuestras vidas. Cabe destacar que no es posible dejar a un lado el mundo espiritual que nos rodea, es un tremendo error hacer ello, pues estás obviando muchísimas advertencias por parte de Dios en tu vida sobre el mundo invisible que para el hombre carnal es imposible entenderlas a menos que sea nacido de nuevo.


Ahora, nacer de nuevo significa:


  1. Reconocer que eres pecador y necesitas la ayuda de Dios en tu vida.

  2. Entender el sacrificio de Jesús en la cruz. Permite que Dios gobierne tu vida.

  3. Tomar conciencia de nuestras acciones diarias, no con tu esfuerzo sino con la ayuda del Espíritu de Dios en tu andar diario.

  4. Entrar en oración en todo momento y lugar, buscando la renovación de nuestro corazón y de nuestra mente a la luz de La Palabra de Dios.

  5. Incentivar a otros a tomar sabias e inteligentes decisiones para la eternidad.

  6. Ser testimonio fiel a otros, enseñando las verdades del Evangelio sin temor a nada.

  7. Buscar la santificación de Dios en nuestras vidas, colocando nuestras acciones delante de Él en todo momento.


Los ítems mencionados anteriormente no se deben confundir ni intentar seguir el orden en que están escritos sino que es Dios mismo quien te ayudará a colocarlos en orden para tu crecimiento espiritual dotándote de sabiduría e inteligencia espiritual para estar preparado para toda buena obra a fin de que el enemigo espiritual no tenga de que acusarnos. Sea sabio e inteligente no juegue a ser autosuficiente, somos humanos y somos limitados muchas veces tanto en fuerza, en edad, en madurez emocional, en relaciones interpersonales, etc.


Claro está, Dios les dio capacidades tanto espirituales como físicas cuando creó a Adán y Eva y los colocó en el jardín del Edén. A causa del pecado, éstas capacidades se van degradando con el tiempo haciéndonos vulnerables ante el enemigo del hombre, sin poder discernir lo bueno de lo malo, lo correcto de lo incorrecto, de lo cuerdo a la exageración, de lo sensato a la insensatez. A pesar de tal degradación de las facultades humanas que Dios nos proveyó jamás nos quitó del todo aquellas valiosas herramientas con que enfrentarnos al mundo sino que en su infinita GRACIA Y MISERICORDIA, fuimos comprados por la sangre su amado Hijo Unigénito, JESUCRISTO, SEÑOR Y SALVADOR NUESTRO. (2 Pedro 3: 8-9; Ezequiel 18: 23, 33: 11; Juan 3: 17; Romanos 9: 16).


Otro atributo a destacar de Dios es, que nunca quita lo que entrega a cada uno conforme a su voluntad pues siempre lo hace con propósito en la vida de cada individuo. Es increíble cuanto es el amor incondicional dentro de su voluntad y como el Espíritu Santo nos ayuda a venir a su camino de PAZ, PROPÓSITO, BENDICIÓN Y PERFECCIÓN. (Hebreos 4: 16; 1 Corintios 12: 8-11; Efesios 2: 8)

No hay nada que a Dios pueda sorprenderle de nosotros, Él conoce nuestro pasado, presente y futuro. Conoce absolutamente todo y nada está oculto delante de Él. (Hebreos 4: 12-13).


Dios es el verdadero Señor de los Milagros, es Dios de vivos no de muertos. Busque la sabiduría pura y perfecta que proviene de Dios. Jamás desligue su vida de la presencia de Dios, pues tendrá un vacío espiritual constante que ni la compañía de amistades e incluso de familiares podrán llenar o darle paz a su alma y espíritu atribulado sino Dios. Asegure su vida eterna junto a Jesús. Olvídese de lo que otros puedan hablar, pensar, murmurar o actuar, concéntrese en las promesas para usted y su descendencia. De hecho, la salvación es personal. (Isaías 55: 6-7, 11; Santiago 3: 14-17)


Aprenda a perdonarse, es humano cometer errores a sabiendas o por ignorancia pero es de sabios reconocer que hemos fallado a Dios en todo. (2 Corintios 7: 10; Proverbios 1: 1-7, 15: 31-33, 19: 20)


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